Contratapa:
Traición Fatal: Memorias de un Sociópata es un guión literario -pensado en formato cinematográfico-, descriptivo de la estructura del acting out, tan común en los delitos que pretende desanudar. Amílcar Cano, el protagonista, cambia de nombre y de identidad cada vez. Su personalidad camaleónica perfila un estilo y un carácter inconfundible. Sus secuaces poseen idénticas cualidades. Algunos de ellos respetan sus propios códigos, otros, los transgreden. El interjuego dinámico que combina un consabido equilibrio que opera al modo de "objeto perdido" entre las "reglas sociales" y estos sujetos que portan y efectivizan "Otras reglas", disfuncionales con aquéllas, constituye el leiv motiv de la historia. El Nombre del Padre está presente, desde un ángulo; ausente desde la Otra perspectiva.
¿El Otro social, el Otro moral, el Otro ético, el Otro jurídico: dónde quedan posicionados en esta perspectiva? ¿No se repite por doquier la rúbrica de estos sujetos transgresores y despojados de solidaridad, respeto, dignidad? ¿No es la des-subjetivación y deshumanización cotidiana y creciente una huella del post-modernismo y de la contemporaneidad que padecemos día a día? ¿Acaso Amílcar Cano no es el rostro visible de una enfermedad inédita y peligrosa donde el enemigo es quien visiblemente viola todos los cánones y queda del lado del horror? ¿No habrá Otros Amílcar Cano solapados tras Otras vestiduras? ¿Y, si así fuera: hacia dónde nos encaminamos? ¿La prevención dejó de funcionar? ¿La familia genera monstruos? ¿Las instituciones ya no pueden resguardar, contener y evitar los aciagos de estos sujetos del goce perverso que parecen gobernar?
Fragmento del análisis del libro, por Samanta Fink:
A grandes rasgos el guión es el relato de un caso penal basado en casos reales y cuenta con un posterior análisis psicoanalítico que pretende encontrar el origen de los hechos delictivos por parte del protagonista (Amílcar Cano) y las estructuras institucionales que lo rodean.
De modo que los ejes son: El psicodiagnóstico como sentencia. Lugar del Otro en la construcción identitaria: la Alteridad. La responsabilidad institucional (qué pasa con la escuela, con la institución jurídica, la policía, la familia, el matrimonio, la pandilla...). El mito como regulador social: el poder del mito y la necesidad simbólica. Las instituciones y su intervención simbólica (sus códigos).
En principio, el Otro aparece como condensador de la ley desde el plano simbólico para luego trasladarlo a un plano real, hecho que se consuma en el encuentro con la alteridad. Esteban Krotz, antropólogo mexicano, en su texto “La alteridad y la pregunta antropológica” (1994) habla de como la alteridad es una categoría fundamental en la pregunta antropológica, aquélla que es formulada para llegar a la comprensión de lo referente al hombre, a la humanidad. Desde luego esta pregunta no es patrimonio exclusivo de las ciencias antropológicas, lo es también de los campos de la psicología, la medicina, la filosofía, la economía, la política, el derecho, etc. pues todos ellos se preguntan por “el hombre y la humanidad” desde sus especialidades.
Es curiosa la dinámica identitaria que caracteriza al protagonista de la trama, ya que el encuentro no lo confronta con su mismidad. La Otredad/Alteridad necesariamente nos enfrentan con lo propio, puesto que si podemos establecer una diferencia entre lo propio y lo ajeno es porque logramos reconocernos en ese Otro. Es decir, ese Otro, esa Alteridad es un indicador de nuestra identidad.
Samanta Fink estudia Antropología social en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires.
Silvia Lef es filósofa especializada en ética, psicoanalista, abogada penalista y mediadora. Es autora del ensayo El Nombre del Padre como Arjé de la Creación, editado por Letra Viva en 2008.
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