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El psicoanálisis es un método de tratamiento basado en una regla fundamental: podés decir lo que quieras. Este procedimiento abre un campo enorme de percepciones, recuerdos, posibilidades terapéuticas e investigación. Requiere entonces de otros métodos, distintos del de la interpretación, para extraer las consecuencias de su aplicación. Uno de ellos, el método clínico, objeto de la presente obra, existe desde antes del psicoanálisis, si bien fue completamente renovado por Sigmund Freud a partir de algunos cortes nítidos: la estricta separación entre lo que puede vencerse por sugestión y lo que no, la nítida delimitación entre los padecimientos que responden a leyes de la biología y los que responden a necesidades lógicas que pulsionan en el ser hablante, la tajante distinción entre la realidad psíquica enmarcada por la fantasía y lo que se encuentra en un “real” externo o interno (que, respecto del orden fijo de cualquier realidad, en algún momento responde al azar).
Este libro hace foco en ese real del que Lacan supo discernir versiones dispares, todas ellas ligadas al desgarramiento subjetivo que se experimenta en los diversos tipos clínicos de síntoma. Cuando alcanza el plano clínico y se hace ya imposible de soportar, el síntoma coincide con la división del sujeto y deviene analizable. Se destaca en esta obra la amplitud de la clínica freudiana, que permite estudiar ese desgarramiento en un estadio aún subclínico, particularmente cuando se deduce de los signos indirectos del sentimiento inconsciente de culpa, y permite vislumbrar otra versión del inconsciente: el contador, que lleva las cuentas de nuestras realizaciones y nuestras deudas en el plano del deseo.
El estudio riguroso del método clínico habilita un contrapunto con otros métodos del psicoanálisis: el método analítico en lo que tiene de resolutivo, la transmisión que está en juego en el pase de analizante a analista, los métodos de investigación que hacen progresar el saber analítico e incluso los procedimientos de escritura académica, que favorecen el desarrollo y la extensión del deseo de psicoanálisis entre los jóvenes.
Gabriel Lombardi es psicoanalista, ejerce en Buenos Aires, enseña clínica psicoanalítica en el Colegio Clínico del Río de la Plata y en la Cátedra I de Clínica de Adultos de la Facultad de Psicología (UBA), donde es profesor titular regular desde 1991. Graduado en 1974 como médico en la UBA, realizó también estudios en matemática, lógica, lingüística y filosofía.