En la carta a los ciegos Diderot interroga a uno de sus personajes, el ciego de nacimiento de Puiseaux:
“Le pregunté sobre lo que entendía por espejo: «Una máquina –me respondió– que pone las cosas en relieve, lejos de sí mismas, si están convenientemente colocadas en relación con ella. Es como mi mano, a la que no tengo que colocar junto a un objeto para sentirla». Creo que Descartes, de haber sido ciego de nacimiento, hubiera aplaudido esta definición”
DAS KLEINE, sintagma del texto freudiano, en su traducción al español se lee “ el pequeño” lo que no coincide con el titulo que escribí ; CON PEQUEÑOS, que en alemán se traduciría como "mit Kleine Kinder” con niños pequeños”. Equivoco que preferí dejar; tanto para no suponerle alguna generalización a esta práctica, y para conservar la idea Freudiana del texto Sobre Transmutación de la Pulsión y especialmente del erotismo anal: …” en las producciones de lo inconsciente los conceptos de heces, dinero, regalo, niño y pene se distinguen con dificultad y fácilmente son permutados entre si...... (..) Esos elementos a menudo son tratados en lo inconsciente como si fueran equivalentes entre si y se pudieran sustituir sin reparo unos por otros.”
Este deslizamiento (significante) se observa mejor entre” niño y” pene”, a lo que Freud agrega, siguiendo con el texto “Algún significado tiene que poseer el hecho de que ambos puedan ser sustituido por un símbolo común tanto en el lenguaje de los sueños como en el de la vida cotidiana; al niño y al pene se lo llama “pequeño” DAS KLEINE.” (En la Edición Amorrortu, no dice niño sino hijo)
La consulta por Martin, derivado por su pediatra, quien venía diagnosticado y medicado con y por el síndrome de la Tourette por su médico neurólogo, me interrogo sobre la presencia del objeto a; Mirada, en la sesión analítica. Invitación que luego de unas pocas entrevistas preliminares acepte sin miramientos. Luego de casi un año de transcurrido el análisis el neurólogo decidió comenzar a retirarle la medicación explicándole a los padres que el síndrome tenía un gran componente emocional.
Martin con 5 años de edad me dice al conocerme que esos ojos no lo dejan tranquilos y que yo no voy a poder ayudarlo, porque no entiendo nada. Tenía razón del Síndrome de la Tourette no sabía nada. Destituida de todo saber, fui convirtiéndome en un juguete más de la serie de los juegos que instalaron una secuencia y repetición de sesión a sesión. Había momentos que los ojos se movían sin parar descontrolándose en una orquesta de movimientos disonantes y disarmonicos. No había ojos que miraran, solo movimientos oculares. Los ojos entraban en un caos que no podían organizar ninguna imagen, solo fragmentos. La escena del juego se suspendía marcando un punto de detenimiento en el tiempo analítico
A ojos que se quedaban quietos le sucedía una mala palabra, palabra mala que se repetía fragmentada en otro momento. Los ojos y las palabras prohibidas asaltaban el cuerpo de Martin sin velos, se interrumpía la continuidad de una banda de moebius de lo interno-externo, tan presente en las construcciones de la infancia. Como cuando un chico te dice que aunque le duele la panza quiere seguir jugando y al rato te pide ir al baño.
Le propuse atrapar esos ojos en un fort da, aparecían y desaparecían cerrando los parpados por instantes, en intervalos, constituyéndose un juego que nos mareaba a ambos, no dejándonos ver.
El análisis de Martin me llevo a leer y pensar algunas ideas que quiero compartir con ustedes.
En la descripción del Fort Da Freud acentúa la enunciación del Fort, el niño convierte en juego una vivencia penosa y en su insistencia termina por admitir la ausencia de la madre. La ausencia de la madre es una perturbación económica para el niño. En la vivencia era pasivo y en el juego es activo. Lacan en el Seminario 11, anticipando lo que trabajara luego como la esquizia del ojo y la mirada acentúa; el niño no mira por donde la madre entra sino en el punto por donde desaparece. El juego simboliza la repetición de una causa; la partida de la madre causa una Spaltung en el sujeto. ¿Podríamos decir Esquizia?
En la llamada al pie del texto del Más allá del Principio del Placer Freud describe como el niño mirara desaparecer su imagen en el espejo.
Estos dos movimientos no son lo mismo; uno es la ausencia del objeto madre angustia de separación- angustia de castración y otro es la imagen del espejo conquistada por identificación para ligar la ausencia. Ausencia de la madre posibilitada por un significante del Nombre del Padre. La desaparición de la madre es condición para la identificación imaginaria. La ausencia de ese Otro materno posibilita lo fundante simbólico y viceversa.
Sin embargo, hay un punto en el que se encuentran estos dos movimientos: la alternancia entre lo representado y lo no representado ¿lo visto y lo no visto? ¿Lo mirado y lo no mirado?, ahí donde hay un vacío que preservar.
Frases cargadas de lo materno- en relación a un cuerpo, se escuchan en la vida cotidiana; esos ojitos de mamá, esa pancita de mamá.
El Otro materno satisface cuidados, necesidades y produce distintas experiencias de satisfacción bajo la exigencia pulsional. El desvalimiento ya no es solo frente a las necesidades básicas sino frente a los significantes que acompañaron o acompañaran o no, al discurso de la madre.
La pulsión se articula en tres tiempos: activa, refleja y pasiva coincidiendo con tres tiempos gramaticales: mirar, mirarse, ser mirado.
Los ojos son y no son de mamá. Haber sido “visto originariamente” no es lo mismo luego que mirar y ser mirado. Ciegos en la conciencia y videntes en el inconsciente señalaba Freud en La perturbación psicógena de la visión. Hay presencia de la castración en la mirada de la madre. Hay cierto transito en la infancia donde los niños se esconden para jugar. Para no ser vistos-mirados.
El objeto a Mirada ¿tiene alguna particularidad en relación a los otros objetos “a”?
La doble función del órgano aparece en varios textos freudianos, continuando con la referencia al texto “La perturbación psicógena de la visión según el Psicoanálisis”:” el placer sexual no se anuda meramente a la función de los genitales; la boca sirve para besar tanto como para la acción de comer y de la comunicación lingüística y los ojos no solo perciben la alteración del mundo exterior importantes para la conservación de la vida sino también las propiedades de los objetos por medio de los cuales estos son elevados a la condición de objetos de la elección amorosa; sus encantos. No resulta fácil pues servir a dos amos. Mientras más intimo sea el vinculo en que un órgano dotado de esa doble función entre con una de las pulsiones (las de autoconservacion), tanto más rehusara a la otra (pulsión sexual).” Se esperarían consecuencias patológicas cuando las dos funciones básicas estén en discordia, el yo mantendría un esfuerzo de desalojo contra la pulsión sexual respectiva.
A favor de las construcciones anímicas culturales, las pulsiones parciales tienen que ser sofocadas, el ojo (órgano) sufre una división; el ojo para la autoconservacion en el mundo exterior y el ojo que otorga a los objetos la posibilidad de condición erótica; un ojo que ve” encantos”. “Pero si la pulsión sexual que se sirve del “ver” (el placer sexual del ver) se ha atraído la defensa del yo cayendo sus representaciones bajo la represión, al ser apartadas de la conciencia queda perturbado tanto el vínculo del ojo y del ver con el yo y con la conciencia en general. El yo ha perdido su imperio sobre el órgano, que ahora se pone por entero a disposición de la pulsión sexual reprimida.
Hay un ojo que no ve pero mira, se puede mirar sin ojos que vean. Me acuerdo de una anécdota donde un grupo de alumnas iban al baño y su compañero ciego pretende sumarse usando el baño de mujeres, ante la sorpresa de ellas él les dice:
- Que importa si igual no veo.
Para Ellas; Él las veía. A su vez Él podría ser mirado por ellas.
La función del ver puede quedar excluida, no así la función de mirar-mirarse- ser mirado
Retomando lo que leí sobre esos dos movimientos, articulado en el Más allá, una acotación:
En la edición de Amorrortu de la obra freudiana aparece la traducción de mundo exterior ligado a las necesidades básicas por un lado y al entorno que rodea al infans por el otro. En Winnicott el mundo exterior es el ambiente en el cual nace el infans por lo cual queda ligado en su momento inicial al acto de nacimiento. Lacan lo piensa, en el Seminario de La Angustia, en términos de Unwelt: …” el sujeto tiene que constituirse en el lugar del Otro, tan esencial para todo el advenimiento de la vida humana como todo lo que podemos concebir del Unwelt natural. El tesoro del significante donde tiene que situarse espera ya al sujeto que, en este nivel mítico, todavía no existe. Solo existirá a partir del significante, que le es anterior, y que con respecto a él es constituyente.”
Liberado de su punto de vista biológico el Unwelt también es ese espacio en donde se operaran cortes del objeto que pasan por diferentes lugares tanto entre la madre y el hijo, el infans y su envolturas, el sujeto materno, como lo llama Lacan, para señalar que esos cortes son distantes y dejan desechos diferentes., tanto para el infans como para la madre. ¿Esquizias?
La pulsión se constituye con la perdida de objeto y en su parcialidad. En 1905 en Pulsiones y sus Destinos Freud señala que son las pulsiones del placer de ver y de exhibir las que muestran componentes que desde el inicio envuelven a otras personas en calidad de objetos sexuales y que solo mas tarde entran en relación con la vida genital.
La pulsión es una fuerza constante que en la diferencia entre el placer hallado y el placer esperado se produce una inscripción y un resto a dicha inscripción.
Sobre la pulsión de ver Freud hace una aclaración; todas las etapas de desarrollo de la pulsión, autoerotica, activa y pasiva subsisten unas con otras separadas en el tiempo y homogéneas dentro de la unidad de tiempo, permaneciendo inmutable el desarrollo originario sobre el cual se realizara el próximo montaje de la moción pulsional expuesta a dicha alteración en intervalos.
Si el narcisismo es la fase temprana de desarrollo del Yo durante la cual sus pulsiones sexuales se satisfacen de manera autoeròtica, la etapa previa de la pulsión de ver, el que tiene por objeto el cuerpo propio, es una formación narcisista. Desde ella se desarrolla la pulsión activa de ver, pero la pulsión pasiva de ver retiene el objeto narcisista. El sujeto narcisista es permutado por identificación con un yo otro, ajeno. “Se destaca el carácter ambivalente de la pulsión de ver, actúa de modo autoeròtico, y el objeto se eclipsa tras el órgano”.
“El objeto de la pulsión de ver es también primero una parte del cuerpo propio: no obstante no es el ojo mismo”. Agregando que en las pulsiones autoeroticas el papel del órgano fuente es decisivo.
La pulsión no se satisface en el objeto sino en el recorrido de su borde. El borde de una imagen- representación será consecuencia de una división en relación al ojo-mirada.
En el mismo texto Freud articula la pulsión parcial con el Yo y el narcisismo apareciendo allí la referencia al otro de los primeros cuidados parentales. El otro materno representa también el Otro y su ley. La pulsión es efecto de la demanda del Otro, en la insistencia del grito el cachorro humano no sabe que es interpretado como demanda.
Deseo, diferencia entre la necesidad y la demanda, cuya causa está en el objeto “a” siendo en el tercer tiempo de la pulsión donde Freud señala, en Pulsiones y Destinos, la aparición de un nuevo sujeto.
Deseo, cuyo escenario es el fantasma punto desde el cual se interroga la dimensión del Otro.
Volviendo a Martin ¿Cual era la condición de escenificación de ese resto?
En algunas sesiones Martin buscaba subirse a upa con la intención de masturbarse frotándose en mis piernas, a cambio le ofrecí el juego de espiar por la ventana, hacer pedos con la boca, escondiéndonos cuando inventábamos que del otro lado podían vernos:
Gritábamos: - cuidado que nos miran y nos descubren!
Martin controlaba sus ojos, a cambio la mirada se fantasmatizaba. Este juego que se repitió en varias sesiones fue sustituido por hacer muchas cacas con plasticolas de colores en hojas que tenían como destino a su madre, su padre o el cesto de papeles
En otra sesión Martin me pidió 50 pesos para comprarse y comprarle a la madre un helado. Le di el dinero. Aparecen las equivalencias fálicas heces-regalo-dinero. . El falo, menos fi, reordena el cuerpo erógeno.
Martin comienza a dibujar bordes de figuras, ojos y relojes, en el borde no está implicada la satisfacción sino la posibilidad de ojos que miran.
¿Que miran los ojos de Joaquin? Y ¿Que dejaron de ver?
Bibliografía
Freud, S ( 1910 ) La perturbación psicógena de la visión y su relación con el Psicoanálisis. Buenos Aires. Amorrortu.
Freud, S. (1920). Más allá del Principio del Placer. Tomo XVIII.OC. Buenos Aires. Amorrortu.
Freud, S. (1914-916). Pulsiones y destinos de pulsión. Tomo XIV. Buenos Aires. Amorrortu
Freud, S (1915) Sobre Transmutación de la Pulsión y especialmente del erotismo anal. Buenos Aires. Amorrortu.
Lacan, J ( 1962 ) Seminario 10 La Angustia. Paidos.
Lacan , J (1958-1959) Seminario 6 “ El Deseo y su Interpretaciòn”. Paidos.