Los sueños, historias compuestas de imágenes y símbolos, más cercanos a la fantasía que a la realidad del vivenciar del tiempo lógico conciente; semejantes a la escritura jeroglífica más que a la escritura tradicional. Hipócrates, padre de la medicina, empleaba los relatos de los sueños de sus pacientes como medio para investigar enfermedades. Los egipcios, así como la tradición judeo-cristiana consideraban lo onírico como profético.
A principios de 1900 Sigmund Freud, creador del psicoanálisis, descubrió que los sueños poseen sentido y significado para quien los sueña. Tratando a personas por diversos padecimientos y enfermedades consideradas de origen nervioso –psíquico- se resolvió investigar las causas de la histeria. Sin definirla ampliamente considerémosla como una afección psíquica en la que el cuerpo no se comporta con las lógicas de su anatomía y fisiología; sino de acuerdo al funcionamiento del Inconsciente, como después se descubrirá. Muchos pacientes dentro de las descripciones de sus problemáticas relataban también sus sueños. Freud los escuchaba atentamente sin interrumpirlos, salvo para hacerles alguna pregunta. Evocaban ocurrencias –Lapsus- aparentemente sin sentido, disparatadas, advirtiendo en algún momento su relación con los síntomas y sufrimientos padecidos, a la manera de una metáfora o metonimia: ¡El cuerpo y el discurso tenían un enlace lingüístico!; revelándole al sujeto otros sentidos, diversos a lo que intencionalmente se quería decir o hacer. Al abandonar toda lógica y coherencia concientes, así como sus restricciones morales, racionales e ideológicas la persona puede ir enlazando diversas ideas, imágenes, sensaciones, aromas, recuerdos que le permitirían descubrir –en la escucha del psicoanalista- el sentido y significado de sus sueños. Surgiendo así el método psicoanalítico de la Asociación Libre
Antiguamente la persona relataba su sueño a un intérprete, quien le daba el significado; ahora el soñante es el que los analiza a través de su propio psicoanálisis. El sueño nos revela un sentido de forma cifrada en imágenes, como si soñáramos en otra lengua. “El sujeto sabe, pero no sabe que sabe” Ello ha revolucionado la consideración de lo humano: la conciencia, la personalidad, los conflictos, la sexualidad... mostrándonos el por qué de nuestra subjetividad humana, las formas en las que se construye; así como las vías y formas para resolver los conflictos y problemáticas
Camilo Ernesto Ramírez Garza es Psicoanalista. Profesor de las Facultades de Psicología UANL y UNITEC (México).