Sabemos que el fútbol es un deporte muy complejo y que no cualquier psicólogo puede intervenir en este deporte. Hay una personalidad del profesional acorde a cada medio, a cada cultura , a cada deporte del que debe estar "empapado" para ser eficaz.
Despejando esta situación, y especificando que en los tres casos se trataba de especialistas y no de clínicos improvisados y de hombres ( el género no es obstáculo pero en un deporte tan machista y aun en fútbol profesional, podría llegar a serlo, ¿por qué aceptaron?
Consideramos que el psicólogo se inserta en un equipo de fútbol con 2 objetivos:
a. Realizar una actividad planificada con objetivos a mediano y largo plazo, inserto en un equipo de trabajo interdisciplinario y con la anuencia del entrenador.
b. Atender los emergentes y las urgencias que pudiesen surgir a lo largo de este proceso.
El problema comienza cuando este lineamiento se invierte y somos convocados para "dar una charla motivacional" a un plantel que no conocemos ni nos conoce, previo a un partido importante o un clásico,en una pendiente "descendente" de resultados. Vale recordar que este deporte tiene una mayor tendencia al animismo y a cuestiones mágicas y hasta religiosas en algunos casos, que hacia el camino científico. En este sentido un jugador muy importante del plantel de Huracán refiere en el diario Clarín el miercoles 16 de abril del 2003: "si vale para ganar , que traigan psicólogos , brujos o alguien del cielo". En la desesperación y el cortoplacismo que exigen los resultados, parece ser todo lo mismo.
Buceta (1999) delinea 54 acciones concretas que podemos desarrollar y tomamos por ejemplo el ítem de los lesionados, situándolo en el plano de lo urgente.
¿Por qué el profesional no fue incorporado cuando el DT asumió y si a último momento?
Las razones pueden ser varias como aquellas que llevaron al profesional a aceptar la propuesta (personales, económicas, narcisistas, etc.) , pero convengamos que un club no llega a esa situación de peligro de un día para el otro. Hay una cadena de cuestiones institucionales y de decisiones erróneas de los directivos y/o de los entrenadores que hacen que se llegue a esa instancia.
Si uno ya viene trabajando y los resultados no se dan (vale destacar la diferencia entre rendimiento y resultado, confusión muy común en los periodistas deportivos), ya tiene un vínculo establecido y puede intervenir e interactuar con el DT y los futbolistas de manera distinta a como se plantea el problema. Aún bajo la presión externa y tangible del descenso.
Si el nivel de urgencias tapa lo otro, el proceso está condenado al propio fracaso desde el vamos. Los dos meses que utilizaríamos en condiciones normales para "diagnóstico de situación", aquí es todo el tiempo que podemos llegar a tener.
Vale recordar una jugosa anécdota. Cuenta la leyenda que los judíos de Praga en determinado momento histórico-social empezaron a ser discriminados en una especie de Ghetto. Los habitantes de la ciudad pasaban y les incendiaban sus casas, muchas veces como divertimento. Los judíos empezaron a hacerse duchos, por una cuestión de supervivencia, en el arte de "apagar incendios". Y tanto se perfeccionaron que empezaron a ser llamados cada vez que sucedía un incendio en la ciudad, para terminar siendo "Los bomberos oficiales de Praga".
El concepto excede a los psicólogos, ya que consideramos que no existen DT salvadores ni futbolistas salvadores. Aunque nos lo quieran hacer creer.
Nunca el fútbol fue lo que es hoy: "una picadora de carne". En la Argentina se devora 10 entrenadores por torneo. Hace días echaron a un entrenador que estuvo un mes y dirigió al equipo 5 partidos solamente, no obteniendo ningún triunfo. Pasó lo mismo con otro entrenador a fin del campeonato pasado. En Brasil los números son aun más escalofriantes. Es muy probable que en Europa los contratos se respeten un poco más...
Parece que solo sirve ganar. Esa es la urgencia. No importa cómo.
Y existen DT dando vueltas que tiene la etiqueta de "salvar los equipos del descenso"....
Y buscar la solución tarde y mal, depositando en alguien el mote de "salvador", creemos que no sirve.
El papel de los directivos, ¿cuál es?
Los directivos, quienes muchas veces no estudiaron y ni se formaron para ese rol, y no están en muchos casos a la altura de las circunstancias, deciden incluir nuestro rol en un momento determinado, consensuándolo con el DT o sugerido por él ¿por qué?
Seguramente porque buscan cubrirse (igual que el DT ) y si la cosa termina como se presagia, nadie podrá reprocharles nada "hicimos todo lo posible, agotamos todas las instancias".
Se sacan responsabilidad, que la tienen y mucha.
El psicólogo deportólogo no está para garantizar resultados. Está para garantizar el bienestar psicológico de los futbolistas.
Son dos cosas muy diferentes. La torta del rendimiento nos adjudica de un 25 a un 33 por ciento en nuestra parcela. No más. Y sabemos que los resultados en alto rendimiento no los puede garantizar nadie ya que están tomados por una multi-causalidad de factores que interactúan entre sí. Aceptar en un contexto de esta naturaleza ¿no es "garantizar "algo", con nuestro cuerpo?
Acerca de la necesariedad
Lo que hace complejo y paradójico el problema es que esos futbolistas necesitan seguramente una apoyatura, una contención, un referente en situación de crisis y cambio.
Y más aun en la elaboración mental de su futuro inmediato.
A muchos podría llegar a servirle en lo individual. Para elaborar herramientas psicológicas de afrontamiento. ¿Quien podría discutirlo?
Pero un Programa de entrenamiento mental es otra cosa...
Además el fútbol es el arte de lo posible, no?
Total, si sale mal, era lo más probable. Los milagros suceden muy de vez en cuando…
El papel de los medios de comunicación
El fútbol profesional es un deporte de muy alta exposición pública. Un espectáculo.
Se exponen los que están sin trabajo (tal vez para ofrecerse) o aquellos que están en función olvidando que no podemos ser primera figura y que esa exposición y ese perfil atenta definitivamente contra ese trabajo, por bueno que sea. Hay una cuestión ética en juego. Decisiva. Ni mención merecen los que salen a ventilar cosas luego de ser despedidos...
La prensa es una tentación para controlar. No deberíamos darle pasto a las fieras. Si bien no podemos generalizar, un periodista siempre quiere más y busca que su nota sea distinta y satisfaga la curiosidad del aficionado. Nuestra ética es diferente. El límite debemos colocarlo nosotros. ética y el secreto profesional son nuestro tesoro y el de todos los que intentamos hacer algo bueno con esto.
has veces para vender o por ignorancia nos imprimen ese tinte mágico a nuestro trabajo "habló el psicólogo y el equipo ganó" dejando en ridículo a los verdaderos protagonistas del deporte: los futbolistas y el DT. Cómo no se van a sentir molestos ellos (los futbolistas y el DT) si los que jugaron fueron ellos.
Otra veces se acuerdan de nuestra función (vale aclarar necesaria más no imprescindible) cuando se suicida un futbolista, ej. Shulmeister en el 2003. No antes. Aunque algo lentamente empiece a cambiar.
Es una condición necesaria de nuestro trabajo en fútbol, tener perfil bajo. Hay otros deportes que permiten otras cosas. Quien conoce el fútbol al dedillo sabe de qué hablamos, los árboles crecen en silencio...
Además llegar tarde es tan malo como llegar temprano. Hay que poder llegar justo. Y justo es cuando empieza un Macrociclo de trabajo. Ni antes ni después. Y pasar desapercibido como uno más. Ser un engranaje más, ayudante, complemento de una maquinaria en funcionamiento, conducida por el líder.
"El cementerio del deporte está lleno de talentosos" (2003, Roffé, Fenili, Giscafré). Y esto incluye a los entrenadores y psicólogos del deporte, no solo a los deportistas. Ya que la idoneidad de estos profesionales, no se cuestiona en este caso. Y el quedar asociado a ese traspié en lo personal es un riesgo personal que deberán asumir en su intimidad y en lo institucional, genera resistencias para el futuro. Ya que queda el antecedente negativo. Nadie verá lo bueno que se hizo....
Y confirma lo que otro futbolista de Huracán dijo a la prensa, consultado al asumir el psicólogo: "Pasé por otros momentos tan difíciles como éste, pero no lo veo como una solución. Tal vez le sirva a los más chicos..."
Conclusiones